Bodega Il Quinto / Ubik Arquitectura
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Texto descriptivo proporcionado por los arquitectos. Nueva bodega IL Quinto, en las colinas de Magliano in Toscana, un pequeño pueblo en la provincia de Grosseto. Su arquitectura pretende entrar en mimesis con el paisaje y ser descubierta poco a poco a medida que se recorre la finca que la acoge, evitando cualquier intento monumental.
A través de un cuidadoso estudio del paisaje, la bodega se ha posicionado para maximizar su integración en el campo, al tiempo que reduce las excavaciones. De hecho, su volumen se integra en la red viaria existente reuniendo los distintos recorridos a diferentes niveles, evitando la construcción de nuevos caminos, conscientes de que en el ámbito del paisaje estos elementos pueden tener un impacto mayor que los edificios.
La nueva arquitectura de la bodega se genera a partir de las líneas del paisaje existente. Una idea que el visitante puede leer claramente en las cintas metálicas que caracterizan la bodega, que van cambiando de significado a medida que fluyen, transformándose de camino a pared, de pared a techo, hasta fundirse de nuevo en la red de caminos de la finca.
Cuando llegamos a la finca estamos rodeados por el verde paisaje de la Maremma y la vista se abre al promontorio Argentario. Lo que parece ser una colina entre otras, es la entrada a la bodega que se eleva desde el suelo. Su fachada, realizada en piedra de las mismas excavaciones y elementos corten, se mimetiza con los colores del paisaje que la rodea. Esta elección arquitectónica subraya la búsqueda de soluciones sostenibles que no terminan con elementos técnicos y tecnológicos, sino que incluyen conceptos para usar y reutilizar materiales locales y tradiciones de construcción.
Caminando entre los viñedos de la finca, vemos el alzado del edificio que parece abrazar las líneas de las hileras de vides. Los techos verdes han sido diseñados para asegurar un espesor adecuado para plantar arbustos locales y crear un techo de flores.
Una vez pasada la entrada, la sala de recepción y degustación abre sus grandes ventanales al campo. Las líneas interiores son nítidas y limpias, con el objetivo de realzar la textura y el grano de los materiales seleccionados, como madera, piedra y hormigón visto.
Desde la entrada, una escalera flanqueada por un muro de piedra conduce al nivel inferior, donde se encuentra la bodega de barricas, con paredes de hormigón visto y suelo de resina roja. La escalera aporta una luz que cambia a lo largo del día, creando atmósferas siempre cambiantes.
Desde aquí descendemos al último nivel por la escalera metálica que nos lleva desde un lugar escénico como la bodega de barricas a un lugar más técnico y de trabajo como la sala de cubas. Estas estancias se caracterizan, al igual que las anteriores, por el hormigón de paredes y techo y la resina roja del suelo, donde el acero de las cubas y los grandes ventanales nos regalan un espacio de trabajo que no pierde su encanto y mantiene el contacto con el campo.
Los caudales están destinados a dejar los niveles de la sala de fermentación, la bodega de barricas y las zonas exteriores fácilmente manejables y aprovechables para las fases de vendimia y elaboración, permitiendo que la uva caiga por gravedad a través de trampillas.
paula pintos